noviembre '06
Me había reconocido desde lejos, como solía hacerlo siempre. Era de noche. Yo vi su rostro dos segundos antes del encuentro. Me preguntó qué hacía por aquí, sin saber que responder le mentí. Mientras me hablaba intenté acercarme un paso más, pero ella en reacción retrocedió y me pareció que amenazaba en continuar su camino. No podía mirarme fijamente a los ojos, era como si un par de lastres colgasen de sus pupilas. Logró incomodarme, sin buscarlo, sin darse cuenta de ello. Comprensivo, busqué perder la vista en cualquier árbol. Fue ahí cuando me besó en la mejilla y de soslayo se despidió así:
- Perdí tu número de teléfono. Nos vemos.
Me reí de la situación, sentí creo pena por ella. Aliviado llegué a casa. Hacía frío. Me agaché a reavivar el fuego con un diario. Al elevarse en llamas me senté sobre un catre y comprendí. Frente a mí la leña se consumía lentamente y crujía con ferocidad, cómplice de su compañía.
FIN
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