octubre 28, 2007

El Crepitar

por Lautaro,
noviembre '06


Me había reconocido desde lejos, como solía hacerlo siempre. Era de noche. Yo vi su rostro dos segundos antes del encuentro. Me preguntó qué hacía por aquí, sin saber que responder le mentí. Mientras me hablaba intenté acercarme un paso más, pero ella en reacción retrocedió y me pareció que amenazaba en continuar su camino. No podía mirarme fijamente a los ojos, era como si un par de lastres colgasen de sus pupilas. Logró incomodarme, sin buscarlo, sin darse cuenta de ello. Comprensivo, busqué perder la vista en cualquier árbol. Fue ahí cuando me besó en la mejilla y de soslayo se despidió así:

- Perdí tu número de teléfono. Nos vemos.

Me reí de la situación, sentí creo pena por ella. Aliviado llegué a casa. Hacía frío. Me agaché a reavivar el fuego con un diario. Al elevarse en llamas me senté sobre un catre y comprendí. Frente a mí la leña se consumía lentamente y crujía con ferocidad, cómplice de su compañía.

FIN

octubre 14, 2007

Utopía de un hombre que está cansado. J.L. Borges

“(…) - ¿Qué sucedió con los gobiernos?
- Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer la censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y sus efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos…”